El encargo consistía en reformar un edificio industrial de los años 60 situado en el centro de Terrassa para convertirlo en una escuela de educación infantil, primaria, secundaria y bachillerato. El reto principal consistió en aprovechar la profundidad edificable para crear espacios polivalentes de acceso a las aulas, y como extensión de éstas. Debido a las dimensiones de la parcela, las instalaciones deportivas se diseñaron en el techo del edificio y la nueva cantina y el auditorio se ubicaron en el sótano.