La sala de psicomotricidad de una escuela de educación infantil y primaria debía reformarse para permitir nuevos usos, de acuerdo con las necesidades pedagógicas del centro.
La reforma consistió en habilitar una zona central como zona de juego, acotar el espacio de almacenamiento de material y crear unas nuevas gradas de madera para ser utilizadas, puntualmente, como punto de encuentro de grupos grandes o, con carácter genérico, como un elemento de juego más.
Con esta redistribución del espacio, la renovación de las superficies y el cambio de mobiliario, el espacio hoy en día se adecua mucho mejor a las necesidades pedagógicas de la escuela.