El encargo consistía en reordenar la circulación de acceso a una antigua escuela, en un entorno histórico protegido, donde la circulación y el estacionamiento de los coches no permitían un acceso peatonal seguro de los niños hacia la escuela. La solución permitió crear un nuevo recorrido peatonal fácil y seguro para los niños, y equilibró las zonas reservadas para peatones y coches, siempre respetando el concepto arquitectónico histórico existente.